España ante la amenaza del Huanglongbing (HLB)

Huanglongbing (HLB), también conocida como greening y dragon amarillo, es la enfermedad de cítricos que está causando daños económicos a nivel mundial. Amenaza, casi en total silencio, a la citricultura de toda España. Esta enfermedad bacteriana afecta al sistema vascular del árbol y causa la muerte de los cítricos.

Aunque, por el momento, la bacteria no ha sido detectada en la Península Ibérica, y la Comunidad Valenciana está libre de los insectos vectores, no ocurre lo mismo en otras zonas de España y Portugal.

Preocupación por la cercanía de la enfermedad

El psílido africano de los cítricos, uno de los principales vectores de la enfermedad HLB, ha sido detectado en el noroeste de la Península Ibérica. En concreto, el psílido africano, se ha detectado en Galicia, donde afecta a la mayoría de cítricos, por lo que la venta de limoneros, naranjos o mandarinos, entre otras especies, están prohibidas, así como en algunas zonas de Portugal.

La preocupación del sector citrícola español radica, precisamente, en el avance que se está detectando en Portugal, donde el vector ya se ha localizado en zonas más al sur del país como Aveiro, que dista a escasos 400 kilómetros de las extensas plantaciones citrícolas españolas, algunas de ellas con capital 100% castellonense.

Aunque el psílido africano es un insecto chupador y, como tal, no mata al árbol, el sector está en alerta porque este insecto, cada vez más próximo a las plantaciones citrícolas españolas, puede transmitir la bacteria Huanglongbing (HLB) que sí resulta letal para el árbol.

De momento, esta bacteria no ha sido detectada todavía, aunque el temor reside en que esa posibilidad pueda estar cada día más cerca de la mano de la extensión del psílido africano en Galicia y Portugal.

Cercanía

En el momento en que se detectara la bacteria en algún territorio de la Península Ibérica, el efecto sería tan letal para los cítricos como inmediato su contagio. Las plantaciones andaluzas están muy próximas a la zona de Portugal donde ya se ha detectado el insecto vector, por lo que nuestro temor es real.

Además, cierto es que aunque el psílido africano no mata al cítrico por sí mismo, sí puede generar su debilitamiento y, en consecuencia, la disminución de la cantidad y la calidad de su producción. Aunque el gran temor es que, una vez detectado el vector, a continuación se detecte la bacteria letal HLB.

Cuestión de tiempo

Uno de los mayores expertos mundiales en la materia, Joseph Bové, científico francés que trabaja desde hace años para Fundecirus (Brasil), ha llegado a afirmar que la llegada del greening a España es sólo cuestión de tiempo. «Cuanto más tiempo dispongamos para encontrar una solución, mayores garantías de supervivencia tendremos, mayores posibilidades para preparar un sistema de vigilancia y de lucha efectivo para frenar esta enfermedad», subraya el experto.

Estragos a la citricultura mundial

La enfermedad ya ha hecho estragos en las mayores zonas productoras citrícolas del mundo. En el caso del estado brasileño de Sao Paulo, donde la enfermedad fue descrita por primera vez en 2004, de las 500.000 hectáreas de esta región brasileña (España no llega a las 300.000 hectáreas), 100.000 hectáreas se han perdido debido a la expansión de la enfermedad. Sólo 200.000 hectáreas se han logrado preservar con una baja incidencia de la misma y gracias al sistema de detección rápida y a los tratamientos fitosanitarios intensivos se han logrado salvar del HLB otras 200.000 hectáreas.

En el otro lado se encuentra Florida (EEUU), donde el último balance de la enfermedad desde que se detectara por primera vez en la campaña 1997/98, muestra una caída de la producción del 71%.

El HLB está asentado en las tres principales potencias productivas del mundo, China, Brasil y EEUU. Incluso en China se atribuye a los efectos de esta enfermedad la reducción de producción del 10% de naranjas y del 5% de mandarinas del país, a pesar de que todos los años se plantan decenas de miles de hectáreas nuevas.

Esta importante afección del HLB en las mayores zonas productoras del mundo se ha producido a pesar de las importantes inversiones que se acometen por parte de las administraciones públicas. El ejemplo de EEUU es quizá el más significativo: más de 400 millones desde el año 2009, una cantidad a la que habría que añadir, además, la inversión de particulares y empresas

Frente a esta cuantía millonaria, el IVIA (Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias) cuenta con una partida de 500.000 euros para abordar esta tremenda amenaza para la citricultura, un presupuesto que además es para varios años.

Presupuesto claramente insuficiente a juicio de muchos profesionales citrícolas. «La citricultura ha estado desde sus inicios condicionada por las enfermedades, pero el greening supondría un antes y un después de efectos catastróficos».

 






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