La FAO y organizaciones mundiales agrícolas sostienen la postura de usar fertilizantes e insecticidas orgánicos libres de químicos, como una alternativa sustentable agraria, lo que implica una alimentación sana. Su acción principal es disminuir el efecto dañino originado por las diferentes clases de insectos que atacan los cultivos.
La Yesca de la Vid, una enfermedad terrible
La yesca es una enfermedad que afecta a la vid y que es especialmente conocida en las zonas más cálidas aunque hace algún tiempo que está presente también en cultivos del norte.
Este parásito tiene un origen fúngico, es decir, está producida por un hongo, y cuenta con la capacidad de penetrar profundamente en la madera de la vid hasta secarla por completo. Gracias a las heridas provocadas en la planta durante la poda, el hongo se introduce de forma sencilla mientras el abundante riego necesario en época primaveral facilita la difusión haciendo prácticamente irreversible la enfermedad.
Una solución orgánica
La compañía Nostoc Biotech ha creado un biopesticida altamente eficaz contra esta enfermedad de la vid. Se trata de un compuesto elaborado a partir de microorganismos propios de humus de lombriz que consiguen erradicar la yesca de una forma eficiente y definitiva. La rapidez en la actuación del organismo y la eficacia del mismo en la eliminación de esta enfermedad son un avance muy interesante que puede salvar grandes cultivos de la forma más sencilla y natural.
En el año 2003 Europa prohibió el uso del compuesto de arsenito sódico, usado tradicionalmente para la lucha contra la plaga de yesca provocando un significativo aumento en la presencia de la enfermedad.
Ahora no es necesario recurrir a este compuesto prohibido y se puede luchar contra la afección a través de un producto totalmente ecológico.
Microorganismos naturales vivos
Es importante señalar el gran interés de la empresa por crear fertilizantes y distintos tipos de protectores para las tierras de cultivo basándose en el uso de microorganismos vivos que se adaptan a las diversas necesidades de cada planta. De este modo se garantiza la inocuidad de los productos, el resultado ecológico del mismo y el respeto al equilibrio natural de la tierra. Estos productos están diseñados de forma individual para la lucha contra la yesca, el mildiu o el oidio aportando una notable inmunidad a los cultivos sin aplicar productos químicos contaminantes y de alto poder perjudicial para la salud humana o animal.
Este aspecto de naturalidad ya mencionada es un factor clave en el desarrollo y funcionalidad de estos productos ya que cuentan con una capacidad preventiva más que curativa promoviendo de este modo un desarrollo sano de la planta desde su inicio sin llegar a contener nunca la enfermedad en su seno.
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